I L’ESTEL – COLOM EMPRENDIÓ EL VUELO

I L’ESTEL – COLOM EMPRENDIÓ EL VUELO

—————————–Paso de cebra——————————–

votemos

Al buen amigo, el insobornable Jordi Rovira Soriano. Hace un par de años, ante el magnífico estallido de esteladas en la manifestación de la diada del once de septiembre, el deseo de tener una colgada en el balcón, el hecho de desconocer dónde podía adquirirla, y la precaria situación económica en la que me encontraba, rancio fruto de la crisis, y del crack del proyecto de mi fundación, me vi empujado a pintarme una. Lo hice colocando sobre un plafón de madera, una de las señeras que lucimos por fiestas en los balcones de casa. Lo que pinté fue el triángulo azul ultramar y la estrella blanca, con sutiles fulgores a su alrededor. Después enriquecí las barras con pequeños toques de pincel, que la distinguen de las otras esteladas. Jordi Rovira, el periodista e historiador con quien hemos puesto en marcha mil proyectos, y hemos realizado unos cuantos, y que siempre siguió de cerca mis evoluciones plásticas, fue el primero en verla colgada en el balcón, y en fotografiarla. Este año, después de firmar el manifiesto de los artistas visuales por el derecho a decidir, que le fue entregado el pasado 30 de junio a la presidenta del Parlamento de Cataluña, Nuria de Gispert. Hace no muchos días recibí por correo electrónico, los carteles realizados por los artistas Ferran Garcia Sevilla, Enric Pladevall, Francesc Aleu y Joan Rabascall, sobre el Derecho a Decidir, por “ARTVEUIVOT”, una propuesta de la historiadora y crítica de arte Pilar Parcerises, una invitación a añadirme al estimulante proyecto. En el año 2012, cuando comenzó esta alentadora revuelta, ya realicé un “Plegat” para el equipo de Mensula Studio, en el que una de las caras estaba dedicada al “Experimental da Vinci” y la otra a la gozosa manifestación de la diada. Tenía el reparo de no haber escrito sobre el tema, que bien que se lo merece, y en diversas ocasiones se lo comenté a Jordi Rovira, como tantas veces haciendo tertulia en medio de la Plaza de la Font, pero como hablo extensamente en el texto para la segunda edición de “Lorca la incógnita visita”, un proyecto en el que Jordi estuvo directamente implicado desde el principio, vaya, él fue el impulsor, y los acontecimientos sobre el nueve de noviembre se precipitan día a día, no había encontrado el momento de ponerme a ello. Jordi me dijo que no lo forzara, que seguro que encontraría el momento. Poco se podía pensar, que este momento coincidiría con su muerte, y que yo le dedicaría este texto. Cabe decir que los carteles que me enviaron desde Barcelona, eran lo suficientemente buenos como para provocarme. Para realizar el mío he utilizado el mismo plafón donde pinté la estelada, afortunadamente aún guardaba las señales, y en cierto modo, el espíritu que hace dos años transformó la señera. Las huellas de pintura que dejó el plástico de burbujas que utilicé para envolver el plafón, de manera que el tejido de la señera no quedara adherido por el trasudado de la pintura, me recordaban grupos de gente ordenados en filas, en visión aérea, los pinté de colores, y añadí más, hasta cubrir casi toda la superficie del cuadro así como los restos simbólicos del triángulo azul. Encima, la estrella blanca. Empecé por recortarlo en papel, para ver exactamente qué espacio ocuparía en el cuadro, lo pegué con un trozo de cinta de precintar, y así lo fui paseando por la superficie pintada, y seca. El Levante que soplaba por el balcón hizo que una de las puntas de la estrella, se levantara y casi se plegara sobre ella misma, esto, la fragilidad y el temblor del papel, me produjeron la impresión de un pájaro, una paloma. Cuando ves la estrella sobre la señera al viento, también produce esta impresión. En 1994, mientras trabajaba en la presentación de la exposición de “Identidades”, sobre la obra de teatro de Salvador Távora, que trataba de los paralelismos entre la cultura andaluza y la cultura catalana, en el Mercat de les Flors de Barcelona, encontré a Raimon en la estación del Passeig de Gràcia, iba a ver a Ovidi Montllor que ya estaba muy enfermo. En la conversación, salió inevitablemente, un tema que entonces era candente, el revuelo que se había organizado por unos groseros comentarios de la “Real Academia Española de la Lengua”, sobre las lenguas vernáculas, con referencia directa a la lengua catalana, con el plus de la ignorancia de que vernáculas lo son todas las lenguas que no son extranjeras. Yo le dije que esta gente, en referencia a quienes habían hecho los comentarios, desconocían la historia y el hecho diferencial catalán, y Raimon, me contestó que sí que lo conocían, y muy bien, pero no lo aceptan. Lo mejor, me dijo, es pasar de ellos y hacer la tuya. Yo le respondí: ¿Y así es como tenemos que estar toda la vida?, y también la de los que vendrán detrás nuestra. ¡No!. Le di muchos recuerdos para Ovidi, me dijo, Josep Maria, es una lucha permanente, agotadora, sin tregua. Y emprendió viaje a Valencia, y de Valencia a Alcoy, para decirle adiós, al compañero y amigo, el cantante Ovidi Montllor. Desde hace trescientos años, este año se conmemora este tricentenario, Cataluña arrastra entre paréntesis, la denominación de “Tierra conquistada”. Convendría añadir, fraccionada, y repartida entre los estados vecinos, como botín de guerra, a menudo amenazada en sus rasgos diferenciales, como son la lengua y la cultura. – Hay una pregunta que hace mucho tiempo me ronda por la cabeza, y que nadie me responde: ¿El concepto de “Tierra conquistada” nunca prescribe?. ¿Nunca?.- Así que di por terminado el cartel, llamé por teléfono a Jordi Rovira para que viniera a verlo, también le envié este texto, a menudo lo hacía porque su opinión me merecía todos los respetos, y si tenía alguna duda, la resolvíamos juntos. Vino a casa con su hijo, el alentador Jordi pequeño, el cartel le entusiasmó, y como llevaba la cámara fotográfica, lo fotografió. La imagen, me la hizo llegar a mi correo al cabo de un rato, y es la misma que acompaña este artículo. En el cartel, las cuatro barras se han disuelto con la animada multitud, como si fueran un torrente de confeti en una fiesta memorable. Finalmente he pintado las letras “VOTEMOS”, en rojo, con mi, siempre renovada tipografía, y de repente la estrella – paloma ha emprendido el vuelo. ———————————————–Josep Maria Rosselló————————————————–

Volver arriba