¿CÓMO PINTA EL TIEMPO?¿CÓMO PINTA EL TIEMPO?¿CÓMO PINTA EL TIEMPO?¿CÓMO PINTA EL TIEMPO?

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Pasear, pasear sin un objetivo concreto, haciendo de la intuición nuestra mejor guía, y de la observación, el plano perfecto, pues nos permite desvelar secretos ocultos en cualquier rincón del camino. Después de dos años de documentación, Jordi Abelló nos muestra en una galería virtual, hija de las nuevas tecnologías (http://instagram.com/abellovilella), un proyecto, fruto de la observación y del azar, que ha nombrado “Compintaeltemps”.

Leonardo da Vinci, mostraba a sus discípulos, las sugerentes formas que las manchas de humedad producían sobre los muros. Manchas donde se adivinaban, rostros, paisajes, batallas, y una multitud de formas que observadas atentamente, les descubrían un mundo paralelo, como si fueran el resultado de un positivado fotográfico primitivo del entorno, una estenopeica, que sobre los muros emulsionados, hubiese ido capturando imágenes a través del tiempo.

En estas manchas, raspados, rayados, grietas, cuarteamientos, y en ocasiones, fortuitas intervenciones humanas, o caninas, se adivinan formas, gestos, que parecen pertenecer a otros artistas de todos conocidos, artistas que han sido y son en la historia del arte. No son, claro, sus obras, no. Pero recuerdan de una manera esencial su manera de hacer. Abelló no determina a quién podrían pertenecer estas imágenes del tiempo, pero una tras otra conforman una galería del azar. Tan cerca de las acciones “Dadà”, los “Ready-made” de los surrealistas, los objetos encontrados, y todo lo que se deriva del pensamiento en el arte contemporáneo. ¿Cuántos artistas no deben haber construido su obra, siguiendo estos parámetros?. Unos lo han ocultado, otros no.

El tiempo muestra al caminante sus obras, fruto de la alternancia del día y de la noche, y del paso de otros caminantes desconocidos que fruto de su deambular fueron dejando huellas. Después, las lluvias, el musgo, primero verdoso, y después con el exceso de sol, óxido y negro, acabó de configurarlas. No hay ningún tipo de intención en la ejecución de estos trabajos, tampoco se observa una técnica depurada o chapucera, o fruto decadente de la fórmula magistral. No hay ningún tipo de lucha, que no sea la de los propios materiales, y ausente la mano del artista, la del propio accidente que ha provocado el resultado.

Magníficas obras que no esperan ser juzgadas, que nunca serán fruto de la codicia ni de la especulación del mercado. Existen, porque un artista se fijó en ellas, las encuadró y a través del objetivo las guardó intactas en este pequeño joyero que es su cámara fotográfica. Inmediatamente después de ser fotografiadas, estas imágenes, han vuelto a su estado habitual, el de la invisibilidad al ojo humano común. Hasta que decidan mostrarse a otro artista curioso, a otro caminante. Pero mañana ya no serán las mismas, el tiempo, el mejor de los pintores, habrá contribuido también, a su evolución.

VER LA EXPOSICIÓN en el INSTAGRAM de JORDI ABELLÓ VILELLA

¿Cómo pinta el tiempo? Diari de Tarragona

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