Destruir y volver a crear
El artista Josep Maria Rosselló recorta sus obras de gran formato en una exposición en Tarragona
Destruir para volver a crear. A golpe de tijeras, el artista Josep Maria Rosselló, que tiene instalada una exposición con telas de gran formato en el Tinglado 1 del muelle de costa de Tarragona, va recortando a trozos, cada día unos cuantos, sus obras. Y cuando las paredes de la sala queden vacías otra vez, será un grupo de artistas jóvenes los que volverán a dar vida, a crear, otras obras. En la exposición, Creación-Destrucción. Teoría de un proceso , Rosselló presenta seis grandes pinturas sobre tela. Cuatro, de 7,5 x 2,5 metros cada una, las pintó hace treinta años en Roma, durante la representación teatral de la Pascua popular flamenca, dirigida por Salvador Távora, a partir de una idea de José Monleón, e interpretada por la compañía La Cuadra de Sevilla y el Ballet Nacional de Madrid. Rosselló pintó las telas en directo, durante el espectáculo, y con la poca luz que había sobre el escenario. Probablemente, dice, “el primer golpe en el mundo del teatro” que se pintaba un cuadro en directo, delante del público. Como que hubo cuatro representaciones, el espectáculo generó cuatro obras, con el título Cristo de la resurrección o Cristo Gitano. Posteriormente fueron trasladadas al taller que el artista tenía en Madrid, y después a un almacén. “Por diversas razones” estas telas no se pudieron recuperar hasta al cabo de veinte años y nunca habían sido fotografiadas “y la documentación gráfica del proyecto era muy precaria”, según el artista. Ahora se exponen, por última vez enteras, en Tarragona. En la misma exposición se muestran dos telas monumentales más que pintó para el proyecto El Arte en la Calle, del año 1986, en Madrid, en colaboración con el crítico de arte Santiago Amón.
Pero Rosselló se ha propuesto destruir todas las telas, excepto la primera pintada en Roma, que es la que está mejor conservada. Actualmente está depositada en el Museo de Arte Moderno de la Diputación de Tarragona, con otras obras de su colección, y cuando acabe la exposición, volverá al museo.
Las otras no. A tijeretazo enérgico, cada día, desde hace una semana, Rosselló las va cortando a trozos pequeños. Más que de destrucción, pero, Rosselló habla de “transformación”: “Es una metamorfosis, una mutación de la forma; cuando estaban enrolladas eran como un largo gusano, y ahora se han convertido en centenares de mariposas”, explica. Las pinturas estaban hasta ahora sin bastidor, y se guardaban enrolladas en tubos: “Son telas de algodón con una imprimación muy ligera, que fueron realizadas con pintura acrílica industrial, y por más que se quiera tener cuidado, tarde o temprano estaban condenadas. Ya es un milagro que se hayan conservado hasta ahora, teniendo en cuenta las circunstancias y el estado en que se encontraban cuando se recuperaron”, remarca el artista. Y recuerda que fueron hechas “para cumplir una función, crear espectáculo, no para permanecer en el tiempo”.
Las tres telas del Cristo de la resurrección, una vez recortadas, se guardarán en unas urnas, “de manera que no pierdan su valor de mercado”, y se conservarán en la Autoridad Portuaria de Tarragona. De las dos de El Arte en la Calle, una vez troceadas, Rosselló elegirá algunos recortes para realizar dos libros de artista; el resto, será para el público visitante, que podrá llevárselos, siempre que hagan pequeñas aportaciones económicas que servirán para financiar la segunda parte de este proyecto que “se abre a las próximas generaciones”. Y es que una vez descolgadas estas piezas de las paredes del Tinglado 1, un equipo de artistas seleccionados por el centro de arte Teler de Llum volverán a dar vida a los muros blancos que habrán quedado después de la destrucción. Los artistas Foham Fonezs, Aureol Sanz y Miquel Falgàs han querido dedicar su obra a la libertad de expresión, después del ataque terrorista al semanario parisino Charlie Hebdo. “Es un trabajo que irá creciendo así que decrezcan las obras expuestas. Es así como se hará patente un encadenado rabiosamente vital creación-destrucción -creación”, destaca Rosselló. Al final de la exposición, solo quedará expuesta una sola tela, la única que se habrá salvado entera; el resto de los muros estarán cubiertos con la obra generada por los artistas de nueva hornada, y tres urnas atesorando unas obras que, por voluntad del artista, habrán mudado de forma.