La presente entrevista pretende plantear y contestar a la vez, de primera mano, las principales cuestiones que el espectador puede hacerse a sí mismo con la contemplación de la exposición “Creación-Destrucción”. Obra de uno de nuestros más representativos artistas catalanes, que lo es además, de nuestras tierras: Josep María Rosselló.
Con una dilatada carrera artística iniciada en los años sesenta, la obra de Josep María Rosselló abarca hasta la actualidad, llevando a sus espaldas una gran diversidad de exposiciones, trabajos y proyectos punteros, en cuanto a la vanguardia artística. Tal y como podremos ver en la presente, situada en el Tinglado núm. I, en el muelle de Tarragona, con unas pinturas de gran formato, que destacan por su colorido, y que permanecen aún hoy con el paso de los años, con una fresca y rabiosa actualidad estética.
1. ¿Cuál es el origen de las telas expuestas en la presente exposición? Es decir, ¿cuál es el contexto artístico y situacional que motivó la creación de estas en su momento?
Las cuatro telas del “Cristo de la resurrección” o “Cristo gitano”, son pinturas realizadas en directo en el Teatro Quirino de Roma, para una obra de teatro de Salvador Távora, sobre una idea de José Monleón, “La Pascua popular flamenca”, para el “Festivale della Pasqua” que dirigió Maurizio Scaparro, en 1984. Participaron “La Cuadra de Sevilla”, el “Ballet Nacional de Madrid”, Enrique Morente, Manolo Sanlucar y Vicente Amigo. Una propuesta del Ministerio de Cultura. Son cuatro telas que corresponden a las cuatro representaciones, y están realizadas en 1’20h, que era el tiempo de duración del espectáculo.
Las otras dos, “Venus de Montera”, y “Nocturno de 1986”, como se puede observar por el título, son posteriores, corresponden a un proyecto realizado en Madrid con el crítico de arte Santiago Amón, en el que se reprodujeron obras de los artistas consagrados en las vallas publicitarias que en aquel momento habían quedado obsoletas, y continuaban en pie, arruinadas. Se reprodujeron obras de Picasso, Miró, Juan Gris y Dalí. Era el Dalí de los últimos tiempos, y se añadió entusiasmado a la propuesta, de tal manera que transmitió este último gesto con tal fuerza, permitiendo reproducir su firma temblorosa, dedicar una frase a Gala, muerta recientemente, que el público lo supo apreciar y fue todo un éxito. El proyecto Dalí se repitió otra vez, con la reproducción de otras obras, y de acuerdo con todos los artistas, se dio por cerrado “El Arte en la calle”, porque era evidente que ninguno de nosotros podía superar la intensidad de aquel final. Por lo tanto, estas telas, pintadas en mi taller de Madrid, nunca fueron expuestas.
2. ¿Cuál es la temática principal, y/o fuentes de inspiración objetos de la obra que estamos tratando?
Las cuatro telas del Cristo, tienen la misma temática, por razones obvias que ya he explicado anteriormente. El gesto de la figura del Cristo quitándose la mortaja, proviene de un anterior dibujo mío también dedicado al teatro, en el que un actor sostiene su propio telón, como una capa abierta.
Los capirotes ausentes de penitente, o vacíos, provienen del misterio que crea la capucha cerrada, que como el antifaz, hace que nunca sepas quién hay detrás, y en el momento de insistir en este punto, puedes llegar a pensar que quizás no hay nadie, que el capirote tiene vida propia.
3. A la hora de crear una pintura de estas características, ¿nos podrías describir brevemente en primera persona el proceso creativo y artístico interior, con el cual te conduces para expresarte y materializar tu obra?
Para las cuatro telas del Cristo, tuve que crear un ejercicio que me permitiera pintarlas en breve tiempo del espectáculo, por lo tanto no puedo decir más que el proceso de interiorizar la obra, se produjo en los estudios previos (uno está en el MAMT, el otro en una col. Privada), no en los que correspondieron al ejercicio, porque eran un puro análisis de la ejecución, y después en el escenario, sí, porque me dejé llevar, una vez memorizado el tema y el color, como se puede ver en las telas expuestas, el resultado es fresco y me parece que aún transmiten toda la fuerza y la potencia de una resurrección.
En las otras dos, cabe decir que “Venus de Montera”, está dedicada a las mujeres que ejercen la prostitución en la calle Montera de Madrid, siempre entre la luz y la sombra, o más en la sombra que en la luz, y con los ojos tatuados de todos los viandantes. El “Nocturno de 1986”, es una visión nocturna del Madrid viejo, que era por donde yo deambulaba en las noches de los chacales, no es una referencia exacta a ningún paisaje urbano en concreto, y en su composición insiste en las luces que iluminan la ciudad y a una pareja fugaz que parece querer escaparse del cuadro.
4. Personalmente, ¿qué elementos de la obra como lo son la composición, el color, trazo, etc, nos destacarías o pondrías de relieve por su importancia significativa, en relación con la anterior pregunta y la interpretación de tu pintura?
En todos mis trabajos de pintura, el color tiene una importancia primordial. En las del Cristo, también y se acentúa con los violentos golpes de pincel en contraste con el gris del fondo de la imprimación de la tela. Casi no hay líneas, todo funciona a través del contraste.
En las otras dos pintadas en Madrid, respecto a “Venus de Montera”, cabe decir que hay una gran contención del color, así como de la austera composición. En el “Nocturno de 1986” el color es más violento y vibrante, el nocturno iluminado por las luces artificiales que descomponen el paisaje a la manera post-cubista, el trazo, en estas telas es más mesurado, están pintadas en el taller, y por lo tanto se les dedicó todo el tiempo que creí conveniente. Son lo que yo nombraba “Telas colgantes”, las pintaba grapadas a la pared, les daba una ligera capa de imprimación, y así que se secaba, estaban a punto para pintar.
5. ¿Cuáles crees que son las principales influencias y motivaciones en tu pintura (al menos si más no, en cuanto a las pinturas mostradas en la presente exposición)? Es decir, si tuvieras que autoetiquetarte o encasillarte a ti mismo en alguno o algunos movimientos o tendencias artísticas, ¿cuáles serían para ti los que mayor impacto han tenido en tu arte?
Desde los años 70, todo mi trabajo se mueve como las olas en el mar, entre el expresionismo y el surrealismo, tanto es así que se ha dicho que pertenece al expresionismo-surrealista. Yo nunca me he ocupado, si he de ser sincero sigo un proceso que va del estudio previo a la tela, un proceso clásico, que es el que sigue casi todo el mundo. Parto del dibujo semiautomático, que intento mantener en el trabajo sobre la tela, y mis referentes son casi todos los maestros clásicos, renacimiento italiano, escuela española del siglo de oro, algunos modernistas, y Picasso, Miró y Anselm Kieffer. También me gusta mucho el trabajo de Juan Muñoz, y las espléndidas “Nanas” de Nikki de Saint-Phale, así como las figuras de los pensadores de Jaume Plensa.
6. Creación-Destrucción-Creación. ¿Por qué has escogido un proceso tan trascendental a la hora de exponer, y dar un nuevo sentido a tu obra?
Si es trascendental es porque nosotros, los humanos, lo consideramos así, de hecho es un proceso natural, que en la naturaleza activa la regeneración, y en manos del artista, la creación.
7. ¿Nos podrías explicar el por qué de trocear “construir/destruir”, un elemento tan preciado para un pintor, como lo son sus propias telas? Es decir: ¿Qué significación tiene para ti este acto transformador, que es el leiv motiv de tu exposición?
Lo hice por primera vez con una pintura en directo en el Palau de Congressos de Tarragona, en busca de un final efímero, para una pintura que había sido creada exclusivamente para el espectáculo, antes lo había hecho con fuego, quemándola, en la Plaça del Rei, se pueden ver los documentos gráficos en mi web. <Espai Rosselló.com>.
En este caso, es una necesidad, que se adelanta a la destrucción de unas obras que por su envergadura y la técnica empleada, es muy difícil guardarlas y cuidarlas, además fueron creadas para el espectáculo, no para persistir en el tiempo. Sí, son obras para mí muy preciadas, forman parte de uno de los proyectos de más envergadura en los que he participado, pero están muy bien fotografiadas, y considero que es más que suficiente.
8. ¿Te has inspirado en algún acto precedente?
No exactamente, pero sé que se ha hecho algo parecido no hace muchos años en Barcelona, y se hicieron algunas “performances” en la América de los años 60, en las que se fraccionó la obra, aparte de las obras clásicas que por diversos motivos fueron fraccionadas.
9. Una vez troceadas las telas, ¿qué piensas hacer con cada uno de estos retales?
De momento permanecerán guardados en cajas, y más adelante fotografiaré algunos fragmentos porque hay algunos que son muy sugerentes y posiblemente sean fruto de nuevas composiciones, nuevas obras. Aparte, he reservado algunos para crear dos libros de artista, uno para el Port, y el otro para el Museo de Arte Moderno.
10. En cuanto al acto posterior a descolgar tus pinturas y trocearlas, es decir, el acto creativo que llevarán a cabo los artistas seleccionados por el Centro de arte “Teler de llum/ Murs que parlen”: Foham Fonezs, Aureol Sanz y Miquel Falgàs en el espacio en blanco que dejará tu tela en la pared..: ¿Qué significación alberga para ti este acto final generador, que concluye el ciclo Creación-Destrucción-Creación y al cual sometes cada una de tus obras?
Diez años atrás, cuando se fotografiaron estas telas, por primera vez, de una en una en la pared central, el resto del Tinglado 1, la dediqué a un proyecto que nombré “Cadavre&Grafitti”, que provenía de un ambicioso proyecto iniciado con el Museo de Arte Moderno, dedicado al “Cadavre-exquís”. Los artistas atacaron directamente las paredes del Tinglado1. En diversas ocasiones he querido iniciar una segunda fase de este proyecto, para crear continuidad, y abrirlo a las nuevas generaciones. En esta ocasión, ha venido rodado, a partir del momento en que imaginé que se descolgaba una tela, y vi el espacio en blanco.
M.B.P.
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