“EL BESO”, MEMORIA DE UNA ESCULTURA MONUMENTAL (2006)

Años atrás, cuando en mi taller de la Bajada Peixateria florecían las sonrisas de los artistas jóvenes, que con sus inquietudes, de una u otra manera, también hice mías, íbamos todos a una, detrás de un Centro de Arte Contemporáneo, y de un edificio: La Chartreuse. Charlas, reuniones, conferencias, acciones, todo bullía alrededor de un proyecto que prometía consolidarse en breve, si más no así lo indicaban los guiños entre los gestores tarraconenses y los barceloneses, y sobre todo la efervescencia de los artistas. Se preparaban diversas acciones para Sant Jordi, para dar a conocer a la gente la necesidad de que Tarragona contara con un Centro de Arte Contemporáneo, como los que ya había en otras ciudades de Cataluña. La diada de Sant Jordi, en Tarragona, se concentra en la Rambla Nova, se trataba de montar unas mesas donde habría unas hojas de papel explicativas, con un texto breve, que la gente se podría llevar libremente, pero se necesitaba algo que hiciera atractiva esta parada, y Blai Mesa, me dijo que por qué no improvisaba una escultura, y así fue como nació el conjunto monumental de “El Beso”.

En mi taller, restaban fragmentos de maniquíes, de lo que había sido la “Suitdemanikís”, y la escalera que utilizaba para acceder al espacio superior del taller, ya era un poco vieja, y era necesario cambiarla, era la misma escalera que Pep Escoda había fotografiado en el “Cadavre & Gràfit”, en el Tinglado1 del Moll de Costa. Es a partir de esta escalera que se fue construyendo el conjunto monumental, que iba coronado por unas piernas de maniquí, situadas al revés, es decir que los pies quedaban arriba del todo, con un gran círculo de metal, que provenía de un instrumento de viento, y el motivo central, era el busto de un bellísimo maniquí femenino, calvo y sin brazos, al que le pinté unos agujeros de cerradura, una lágrima de sangre con un vidrio rojo cortado, en lugar de la gota (me hubiera gustado que fuera un rubí), y los labios pintados en un “Rouge” violento, y medio borrados, resultado de haber besado y haber sido besado con pasión. Para evitar la impresión de alopecia, como que el maniquí estaba totalmente cubierto de pequeños trozos de tela encolados, continué pegando trocitos de tela alrededor del rostro, hasta dejarlo enmarcado con una especie de capucha que pinté de azul, que recordaba las de las sudaderas, que entonces llevaban los estudiantes, el subtítulo que acompañaba el conjunto era: “El beso del artista al poder le hará llorar sangre”, el hecho de escribir en castellano el título del conjunto monumental, es porque hace referencia al pasodoble español, que lleva el mismo título. Pasodoble que cantábamos gozosos por el camino Guillermo Marín y yo, mientras bajábamos el conjunto, fraccionado hacia la Rambla, acompañados de Alexandre Ayxendri, Jordi Llort, Jordi Abelló, Pau Gavaldà y Pep Escoda, que hizo el reportaje fotográfico, y otros artistas de quienes ahora mismo no recuerdo el nombre, cada uno llevaba un fragmento en una larga y animada procesión. Llegados a la Rambla, montamos la escultura en un santiamén, y fue un éxito.

La Chartreuse, por razones políticas, nunca pudo acoger el Centro de Cultura, en la actualidad es la Escuela Oficial de Idiomas. Y después de una y mil batallas, el Centro de Cultura Contemporánea, está centrado en el Tinglado 2 del Moll de Costa y en la Tabacalera, bajo el amparo del “Teler de llum”, dirigido por Jordi Abelló, que a partir del concepto ciudad-tejido, considera que el arte debe estar en todas partes, acoge a muchos artistas que a pesar de los recortes, sacan adelante sus proyectos, y hacen del Centro, algo vivo, que tiene la capacidad de generar vida y arte, que a última hora, viene a ser lo mismo. El conjunto monumental “El Beso”, por su envergadura, no cabía en mi taller, a pesar de desmontado me estorbaba, y lo entregué, desmontado, a mi representante de aquellos años para que lo guardara en sus almacenes, así como otras obras, y poderlo mostrar en exposiciones, teniendo en cuenta que no siempre se puede contar con un trabajo de este tipo. Un buen día apareció fraccionado en manos de varios coleccionistas. Ahora, el 15/11/2014, he descubierto que el busto del maniquí que fue como el mascarón de proa de un barco empujado por los vientos y el temporal, ha salido a subasta, y he podido ver con sorpresa, que en la fotografía de la web donde se documenta la obra, aparece con sombrero de copa.

Esta noche he soñado que el busto, sin brazos, no se podía quitar el sombrero, por más que lo intentaba con violentos golpes de cabeza, reclamaba que al menos, le pusieran unas velas en el ala del sombrero, para que así fuera como un homenaje al del maestro Goya, pero, nada, nadie atendía su clamor, y la angustia persistía, y la insolencia. Me he puesto en contacto con Liceoart-subastas, de Barcelona, y muy amablemente han atendido mis indicaciones al respecto de la obra, el coleccionista, propietario de la obra dice que la compró con sombrero, nadie sabe quién se lo puso, ni cuándo, ni por qué, y es así como la imagen que representa al artista que ha besado al poder, se ha visto confusa y traicionada, por un sombrero de copa que la acerca al mundo del cabaret. ¡Y no es que el mundo del cabaret sea mala cosa, de ninguna manera!, pero aquí, precisamente aquí, no pinta nada.

Acabo de recibir un último mensaje de la sala de subastas, en el que me dicen, que, de acuerdo con el propietario, han decidido retirar la obra de la venta, el coleccionista, en una acción de dignidad suprema le ha quitado el sombrero, y la obra que ha recuperado finalmente su estado original, transmite, generosa, su mensaje. ————-Josep Maria Rosselló

EL BESO II, 2014 (El beso del artista al poder, le hará llorar) EL BESO II, 2014 (El beso del artista al poder, le hará llorar)

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